Claves de Amor y Relaciones
Ante el fin de una relación, ¿cuál es un buen cierre?
Un buen cierre consistirá en poner término a una
relación con plena conciencia no sólo de lo que al parecer no toca
perpetuar, sino del camino recorrido junto al otro con sus luces y
sombras. Una toma de conciencia que permita superar el catálogo de
reproches, culpas y hostilidades que demasiado a menudo, aparecen en
tales circunstancias, sobre todo cuando toca acordar aspectos económicos
futuros. Ya son tiempos de regular los propios sentimientos de fracaso,
desamor y traición que acompañan a muchos de los cierres de relación de
pareja.En realidad un buen cierre de
relación se puede hacer con la misma consciencia que un buen principio. Y
si bien los principios prometen satisfacciones y proyectos felices, los
finales cuando son sopesados y realizados desde la conciencia, también
abren puertas a la renovación y al renacimiento de la energía vital.
Algo que aunque en general resulta doloroso, no deja de ser también
objeto de celebración y rito, aunque sea de forma íntima y silenciosa
ante el Universo.
A nadie le gusta salir de manera violenta y frustrante de una
relación de pareja. Sin embargo, muchas veces ante la incapacidad de
cerrar un proceso ya muerto, la propia inteligencia profunda, tiende a
provocar situaciones prolongadas de incomodidad y conflicto, de forma
que la anunciada salida de la relación, en vez de ser un motivo de
dolor, suponga hasta un alivio reparador del enredo y el desamor.
Si no somos capaces de crear espacios reparadores y acompañar
nuestras crisis y las crisis de nuestras parejas, de forma comprensiva y
madura, acabaremos creando situaciones cotidianas de tensión con la
soterrada intención de dinamitar la relación. Se trata de situaciones de
conflicto prolongado en las que cada miembro de la pareja acaba por
imaginarse la separación como algo que poco a poco ya no es tan
horrible. Sucede asimismo que cuando los conflictos se prolongan y no se
toman decisiones, lo que crece de forma sutil es que la idea de
abandonar el barco tiene menos costes emocionales de pérdida, lo que
conlleva apostar más fácilmente por el diseño de una nueva vida.
Conviene que el verdadero amor, el perdón y la gratitud acompañen
toda despedida. Y asimismo conviene también revisar el grado de rencor y
resentimiento que pueden envolver a las causas desencadenantes del
final. En realidad cuando hay humillación por engaño e infidelidad
manifiesta, conviene dar pasos con mucha humanidad y prudencia. Pasos
conscientes de quienes saben las consecuencias y daños que sobrevienen a
los momentos de reactividad y venganza. Esto es extremadamente
importante cuando hay hijos implicados y familias inocentes a las que
salpican los sentimientos de odio. Como seres humanos conscientes
tenemos la responsabilidad de regular nuestras emociones destructivas, y
resolver los circuitos de reactividad que demasiado a menudo, brotan en
los egos heridos de quien se ha sentido humillado.
Un buen cierre de ciclo implica plena consciencia. Y para ello no
debería haber despedida sin proceder previamente a capitular por escrito
la biografía de luces y sombras vividas durante nuestro ciclo de
pareja. Un ejercicio que en nada es baladí, ya que equilibra las
descompensaciones emocionales al tiempo que permite despedirse
internamente desde un duelo sano y no soterrado por la evasión del
inevitable dolor.
Sin duda el mencionado ejercicio de capitulación supone reconocer que
la Inteligencia de Vida que diseñó la pasión e intereses que en su día
hicieron nacer a la pareja que hoy termina, sea reconocida como la misma
fuerza que diseña la campana de ciclos vitales de nacimiento,
desarrollo, plenitud, decadencia y muerte que enfrenta todo fenómeno
vital.
Solo cerrando las puertas del pasado se abren las del porvenir.
46. ¿Qué señales nos indica si el poner fin a una relación significa simplemente escapar sin resolver nuestro problema? ¿Cuándo asimismo el mantenerla significa un aferramiento y un miedo al cambio?
La utilidad de ejercer tal discernimiento es
parecida al caminar por el filo de una navaja. Cualquier inclinación
reactiva o inapropiada resulta un peligro. En realidad tratar el tema
desde la cabeza, no evitará la presencia continua de oscilaciones y
dudas. Son momentos en los que conviene invoca la sensatez por encima de
ideales y auto exigencias.
Y si bien un día tenemos la seguridad de que lo que hay hacer es
permanecer en la relación y trabajarse lo que parece un obstáculo más
del camino, tal vez mañana, este obstáculo se repita, y pasado vuelva a
su vez a repetirse y al tiempo suceda exactamente lo mismo, y,… de
pronto nos daremos cuenta de que se trata de una situación que demanda
el mover ficha sobre un proceso de relación estancado que no avanza ni
da para más.
Nuestra mente anhela evitar el dolor y acercarse a zonas de mayor
confort. Y éste es un movimiento legítimo que nos ha permitido
sobrevivir como especie humana. Sin embargo también sabemos que todo
obstáculo si se afronta y se extrae de él toda la enseñanza que la
Inteligencia de Vida nos depara, permite un crecimiento mayor, a la vez
que un vínculo con el otro de mayor profundidad.
Tal vez cuando ya hemos aceptado y asumido que hoy por hoy, lo que
sucede, por incómodo que parezca, es lo que tenemos ahora y de alguna
forma lo hemos elegido, es cuando la vida casi deforma mágica, nos
libera.
¿Cuándo seguir? ¿Cuándo permanecer y aguantar?
Si la persona que soporta la duda, convoca a su sensatez que no es
otra cosa que su inteligencia cardíaca, sabrá de verdad cuándo la
lección ha sido aprendida y atravesará las dudas. En realidad lo que se
pretende con el desarrollo del ser humano, es evitar la reactividad,
evitar asimismo la conducta que busca la gratificación inmediata, y
apoyar la renuncia por un bien mayor para no salir huyendo en momentos
de dolor. En otras palabras, no tomar decisiones en caliente y escuchar
lo que merecemos vivir.
47. ¿Dónde está la frontera que pone final a una relación de pareja?
Cuando una relación de pareja se mueve en círculos repetitivos y no deseados, nos preguntamos cuál es el click
que finalmente inclina la balanza y nos orienta a cerrar la relación y
renovar. Y en este sentido, tal vez la respuesta señale al día en el que
ya no nos hace tanto daño emocional la conducta del otro. Se trata este
momento de una frontera en la que nuestra antigua “reacción” ante el
dolor, se ha convertido en “respuesta”. Un aspecto sintomático que nos
permite tomar otro rumbo con nuestra vida de pareja. Tengamos en cuenta
que cuando ya la manera de ser de nuestro particular “tirano”, comienza a
dejarnos indiferentes, se aproxima el momento de elegir la permanencia o
no.
En caso contrario, lo más probable es que en la siguiente relación
nos encontremos con otro tirano. Es decir, una nueva situación en la que
se repiten las mismas contracciones y conflictos, aunque con rostros y
circunstancias contrarias. Y si bien la lección de la vida puede
aprenderse en “monogamias sucesivas”, también puede apostarse por una
mayor profundidad en la autoconciencia derivada de la permanencia, y la
sostenidamirada interior con vocación de autodescubrimiento.
Aún todo lo dicho, el estancamiento, la patología y el bloqueo
emocional cronificado, son antídotos a la continuidad y motivos de
cambio integral.
Muchas personas se preguntan si pueden darse cambios de paradigma en
convivencia con la misma pareja. En realidad, ¿precisamos de
desestabilizaciones profundas del modo de vida conocido, para abrir los
ojos y los oídos a lo nuevo?
El objetivo de toda semilla es crecer y desarrollarse. El cómo esta
lo haga, depende en gran medida de cada hábitat. Por lo tanto y al más
puro estilo de Antonio Machado convendrá recordar.
Caminante no hay camino, se hace el camino al andar.
Por José María Doria
Publicado en Claves de Amor y Relaciones el 4 de febrero de 2013
Extraído de http://blog.jmdoria.com
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