El nervio
ciático empieza en la parte lumbar (parte inferior de la espalda) de la
columna vertebral; atraviesa la nalga, el muslo y la pierna y baja hasta el
pie. El dolor sentido me paraliza. Puede que el dolor se manifieste más en una
pierna que en otra. Entonces estoy preocupado financieramente. Si mi pierna
derecha está afectada, quizás es porque tengo miedo de carecer de dinero y de
no poder hacer frente a mis responsabilidades en lo que a mí respecta. Si el
dolor se sitúa en mi pierna izquierda, mi falta de dinero puede intensificar mi
sentimiento de no poder darlo todo, en el plano material, a la gente a quien
amo. Temo que su amor para mí esté afectado. Me hago ilusiones, me creo muy
espiritual y desapegado de los bienes materiales (una especie de hipocresía).
Sin embargo, el miedo a carecer de dinero me persigue y me vuelve muy ansioso.
Trabajo mucho, tengo grandes responsabilidades y, a pesar de todos mis esfuerzos,
siento a pesar de todo ciertas dificultades financieras. Mi cuerpo se pone
rígido: me siento pillado.
Me vuelvo
constantemente a cuestionar. ¿Qué es lo que no hago? Poseo los
conocimientos y
el talento necesarios para hacer frente a una nueva situación?
Mi inseguridad
me lleva a rebelarme. Estoy rencoroso contra la vida. Llego a
desarrollar un sentimiento de inferioridad. Puedo rehusar “doblarme” delante de
alguna persona o situación. Insidiosamente, la agresividad se instala y
mi comunicación con los demás se resiente. Tengo interés en calmar mis
nervios porque, en este momento, tengo la sensación de tener un “nudo en
los nervios”. Tomo consciencia de mi confusión interior y de
mi dolor (tanto interiores como exteriores) frente a la o las direcciones de mi
vida, aquí y ahora. Este dolor resulta frecuentemente de mi
obstinación a querer agarrarme a viejas ideas en vez de abrirme al cambio y a
la novedad. Esta situación es frecuente en la mujer embarazada que vive una
confusión interior y un dolor referente a la dirección ahora tomada en su vida:
dudas, temores e inquietudes pueden aflorar. No debo juzgarme, sino aceptarme ¯© tal como soy.
Acepto ¯© que
la fuente de mi verdadera seguridad está en mí y no en los bienes que poseo.
Suelto y hago confianza en el universo, porque es abundancia para todos en
todos los planos: físico, mental y espiritual.
Haciendo
confianza al universo, hago confianza a la vida. Elijo aceptar ¯© la flexibilidad,
descubro la verdadera riqueza, la que tengo en mi interior. El verdadero valor
de un ser se mide a su nobleza de alma. Acepto ¯© mis límites,
tomo consciencia de mis temores, los integro. Decido adelantar en la vida, me
dejo guiar en toda seguridad por mi bien más grande.
Autor : JACQUES MARTEL.
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