Jill Bolte Taylor El derrame de iluminación : Experimentar la unidad

Existen cientos de especulaciones, teorías y afirmaciones científicas acerca de las diferentes características de los dos hemisferios cerebrales y las distintas aptitudes que nos dan para percibir, aprender y entender.

Sin embargo, hasta ahora nadie había experimentado un ataque cerebral, vivido con sólo un hemisferio cerebral funcionando y sobrevivido para contarlo y escribirlo.


Eso fue exactamente lo que le sucedió a la neuroanatomista estadounidense, la Dra. JILL BOLTE TAYLOR quien sufrió un derrame cerebral masivo en su hemisferio izquierdo a los 37 años de edad y por un tiempo vivió y percibió la realidad solo a través de su hemisferio derecho.
La experiencia fue tan extraordinaria y reveladora que la llevó a desarrollar una carrera como autora y conferencista sobre el tema.




La Dra. Jill Bolte Taylor (nacida en 1959 en Louisville, Kentucky, Estados Unidos) es una neuroanatomista que se especializa en la investigación post-mortem del cerebro humano. Ella está afiliada a la Indiana University School of Medicine y es la portavoz nacional del Centro de Recursos de Harvard Brain Tissue.


Su propia experiencia personal con un derrame cerebral masivo, el cual experimentó en el año 1996 a los 37 años de edad, y su posterior recuperación, la cual le demando ocho años, ha nutrido su trabajo como científica y conferencista de manera a la que nadie había podido acceder.
Por este trabajo, en mayo de 2008, fue nombrada por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo. Su libro "My Stroke of Insight", ha recibido múltiples premios a nivel mundial.

El 10 de diciembre 1996, la Dra. Taylor se despertó para descubrir que ella misma estaba experimentando un derrame cerebral en carne propia. La causa resultó ser el sangrado de una conexión anormal congénita entre una arteria y una vena en el cerebro, una malformación arteriovenosa (MAV).
Tres semanas después, el 27 de diciembre de 1996, se sometió a una cirugía del cerebro importante en el Massachusetts General Hospital (MGH) para quitar un coágulo del tamaño de una pelota de golf que ejercía presión sobre los centros del lenguaje en el hemisferio izquierdo de su cerebro.

La Dra. Taylor afirma que: “Usted es responsable de la energía que Usted atrae”
El término hemisferio cerebral designa cada una de las dos estructuras que constituyen la parte más grande del encéfalo. Son inversos el uno del otro, pero no inversamente simétricos, son asimétricos, como los dos lados de la cara del individuo.

Hemisferio izquierdo:
El hemisferio izquierdo es la parte motriz capaz de reconocer grupos de letras formando palabras, y grupos de palabras formando frases, tanto en lo que se refiere al habla, la escritura, la numeración, las matemáticas y la lógica, como a las facultades necesarias para transformar un conjunto de informaciones en palabras, gestos y pensamientos. John Hughlings Jackson neurólogo británico, ya en 1878 describió el hemisferio izquierdo como el centro de la facultad de expresión.

Hemisferio derecho:
El hemisferio derecho gobierna tantas funciones especializadas como el izquierdo. Su forma de elaborar y procesar la información es distinta del hemisferio izquierdo. No utiliza los mecanismos convencionales para el análisis de los pensamientos que utiliza el hemisferio izquierdo. Es un hemisferio integrador, centro de las facultades viso-espaciales no verbales, especializado en sensaciones, sentimientos, prosodia y habilidades especiales; como visuales y sonoras no del lenguaje como las artísticas y musicales.

A continuación voy a dejarles la conferencia en la cual la Dra. Taylor nos cuenta en persona su experiencia y nos llena de luz, esperanza, fe y certeza de que podemos vivir más sanamente, en paz, en armonía y decidiendo a cada instante qué y cómo queremos vivir.

Les pido que se tomen los 20 minutos que dura la conferencia para llenar sus corazones de paz, amor y esperanza y entender que podemos elegir vivir como una familia dejando de lado todas las diferencias que creemos tener con nuestro entorno y todo lo que nos rodea.
En esta fascinante y espectacular conferencia explica las diferencias entre los hemisferios del cerebro humano y nos invita a percibir al mundo de una manera diferente.

Disfruten de éstas bellas y tan reales palabras:


 
 
El NIRVANA es el cese del sufrimiento; un estado que resulta de la extinción de los deseos, que se alcanza mediante la meditación. Hay una condición donde no hay tierra, ni agua, ni aire, ni luz, ni espacio, ni límites, ni tiempo sin límites, ni ningún tipo de ser, ni ideas, ni falta de ideas, ni este mundo, ni aquel mundo.
No hay ni un levantarse, ni un fenecer, ni muerte, ni causa, ni efecto, ni cambio, ni detenimiento”.


La Dra. Taylor experimentó el Nirvana a los 37 años y vivió para contarlo. Lo que ella nos esta intentando decir es que en realidad, no deberíamos morir o sufrir un derrame cerebral para experimentar el Nirvana. Nos esta diciendo que es una decisión personal y que sólo depende de nosotros encontrar el atajo que nos lleve hacia esa sensación de No-Tiempo, donde no existe el sufrimiento.


Podemos elegir voluntariamente vivir más tiempo en el hemisferio derecho que en el izquierdo, dejando de lado toda la carga emocional y las diferencias, los miedos y las distinciones que hemos aprendido de un sistema macabro, consumista, plástico y material.


Elegir y asumir que TODOS somos de la misma FAMILIA.


Si realmente queremos cambiar el mundo y las estructuras de pensamiento nocivas para el futuro del planeta y de nuestra especie, debemos expandir nuestras consciencias y reeducarnos de manera efectiva y real.


Esta conferencia es una prueba viviente de que PODEMOS y de que somos nosotros, los únicos responsables de conseguirlo.


El primer paso amigos míos, es amarnos, respetarnos y aceptarnos tal cual somos, porque sino nos amamos y respetamos, jamás lograremos amar y respetar a otro ser. Este es un paso fundamental y definitivo en este camino.


Elegir la felicidad por sobre la tristeza, anteponer SIEMPRE una sonrisa ante cualquier situación adversa que se nos presente, respirar profundo antes de reaccionar y tomar el control de esa emoción nociva para nuestra salud y para la del planeta; antes de que sea tarde, es la clave para lograr la felicidad y la libertad plena.


AMOR, RESPETO, ARMONIA, PAZ, UNION, IGUALDAD, son las cosas más importantes que este mundo necesita.


Primero tenemos que dejar de ver el costado malo de la vida. Debemos dejar de lado la queja, las culpas y el remordimiento. Debemos dejar de mirar al otro; dejar de ser jueces y castigadores.


Primero, debemos ser libres, verdaderamente libres.


Podemos tomarnos la vida con calma y sonreír hasta en los malos momentos, porque la vida es eso; es la forma que le demos en la medida que la entendamos, la asimilemos, la aceptemos y la vivamos. Sólo depende de nosotros entender que es una permanente lección y aceptarlo.


Sólo depende de nosotros que la niebla que cubre el verdadero sentido de nuestras vidas se desvanezca y nos deje ver quiénes somos realmente.


Debemos dejar de necesitar VER para CREER y comenzar a CREER para por fin, poder VER.


Y cuando asumamos que todo lo que debe ser será, y sucederá naturalmente, tendremos resuelto en gran parte nuestro objetivo primordial.

Si hoy, al final del día, decidís hacer el intento de tomarte la vida con alegría, con respeto por vos mismo y por tus semejantes y, principalmente con ganas y con una sonrisa, puedo asegurarte que el 90% de tu objetivo ya estará cumplido. Porque será solo en ese momento cuando realmente estarás listo para tomar las riendas de tu destino y podrás comenzar a forjar un futuro distinto, sustentable y real. Un futuro para TODOS.


¡Por fin serás libre y feliz!


No importa lo que hayas hecho hasta hoy.

¡¡REALMENTE NO IMPORTA!!


Hoy podes empezar de nuevo y dejar todo lo que te ata y te lastima atrás.

Hoy podes comenzar a vivir en armonía con todos tus semejantes y con el medio ambiente.

Hoy podes empezar a decir “Te Amo”.

Hoy es un buen día para perdonar.

Hoy es un buen día para abrazar.

Hoy es un buen día para Sonreír.

Hoy es un buen día para dejar el pasado atrás.

Hoy es un buen día para respirar profundamente y aceptar lo que te ha tocado vivir.

Hoy es un buen día para dejar de resaltar las diferencias entre nosotros y para UNIR fuerzas.

Hoy es un buen día para dejar atrás ese MIEDO que te paraliza y así conseguir la verdadera LIBERTAD.

Hoy es un buen día para renovar la Fe en todo lo que JUNTOS podemos lograr.


Hoy podes Ser Uno.


¡¡Hoy es un buen día!!


Cada mañana, con cada nuevo amanecer, se renueva la posibilidad de tomar las riendas de nuestro destino, y de comenzar a forjar un futuro mejor, más sano y justo, más libre y feliz. Todos los días, cada día, cada amanecer.


Y jamás se olviden que la Percepción, SIEMPRE es una OPCIÓN.



Fuentes:
 
 http://consciencia-global.blogspot.com.es
 
ED.com



La pagina personal de la Dra Jill Bolte Taylor



Wikipedia


http://es.wikipedia.org/wiki/Hemisferio_cerebral
 
 

El Espejo : No vemos lo que hay sino lo que somos...









Érase una vez un poblado situado en las altas montañas que tenía la particularidad de no conocer el mundo de los espejos. Por alguna razón, ningún habitante de aquella comunidad se había visto reflejado en uno de ellos, debido quizá a las lejanas distancias que lo separaban con el resto del mundo civilizado. Un día, Ismael que tenía fama de curioso, decidió adquirir ese misterioso cosa llamada “espejo”, en el que según decían sus antepasados, tenía la capacidad de reflejar a la persona que lo miraba. Así pues, Ismael encargó uno de estos objetos a un comerciante que, cada siete años solía viajar a los valles. Pasado el tiempo, el comerciante le hizo llegar su encargo bien envuelto y protegido. Ismael entonces, presa de emoción, corrió al sótano de su casa y lo desenvolvió con cuidado. Finalmente, cuando lo hubo abierto y examinado, ¡Oh sorpresa! Ante su asombro, en aquel extraño objeto apareció la imagen de su padre. Ismael atónito, lo volvió rápidamente a envolver y se retiró visiblemente pensativo y perturbado. Aquella noche, mientras dormía junto a su esposa, se despertó inquieto, y decidió volver a mirarse en el espejo recién traído. Para lo cual, descendió silencioso al sótano y tras desenvolver aquella extraña cosa, volvió a contemplar de nuevo, no sin asombro y sorpresa, la imagen de su padre. Y así, noche tras noche, Ismael descendía sigiloso al sótano con el fin de asistir a la aparición de una imagen que no cesaba de repetirse y que tanto le emocionaba.
Una noche, su esposa Astrid, observando las salidas nocturnas que Ismael realizaba, llena de inquietud y sospechas, decidió seguirle, no sin temer el infiel encuentro de su marido con otra mujer más joven y hermosa. Cuando observó que éste gesticulaba ante un oscuro rincón de la estancia y se retiraba de nuevo a su cama, tuvo deseos de comprobar, qué era aquello capaz de inquietar tanto a su pareja. "Seguro que tendrá que ver con otra mujer", pensó. Así que decidió volver al día siguiente, cuando su marido no se encontrase en la casa. De esa forma, investigaría con tranquilidad aquel misterioso objeto que se encontraba en el sótano de su propia casa. A la mañana siguiente, Astrid bajó apresuradamente y desenvolviendo con cuidado aquello... ¡Oh sorpresa! Sus sospechas se vieron fundadas, ya que lo que vio allí era, efectivamente, otra mujer más joven y hermosa que, por lo que dedujo, tenía todas las trazas de ser el nuevo sueño de amor de su esposo. Aquella noche, cuando Ismael llegó a su casa, Astrid presa de indignación, le desveló el secreto diciéndole: "Me estás siendo infiel, he descubierto que todas las noches bajas al sótano y contemplas a esa mujer que aparece en el objeto que guardas envuelto con tanto cuidado." A lo cual Ismael contestó. "Estás en un error Astrid, no se trata de ninguna mujer... ese objeto es un espejo que, según se afirma en tierras lejanas, refleja a cada cual... pero en este caso, sorprendentemente lo que se contempla cuando en él me reflejo, es la imagen de mi padre...". "Ni hablar", le interrumpió ella, presa de agitación y cólera. "Me estás mintiendo. Yo he visto con mis propios ojos la imagen clara de otra mujer, que por la forma de mirar y moverse, tenía todas las trazas de ser tu amante." "Bajemos y comprobarás que no es cierto lo que dices", repuso él. "Es mi padre el que aparece en el objeto, ninguna mujer he visto jamás en el mismo".

Astrid asintió a la prueba y una vez que descendieron y se observaron, Ismael seguía viendo a su padre y Astrid a la joven muchacha, con lo que el conflicto y la confusión inundaron aquella casa... De pronto, Ismael propuso: "Astrid, solicitemos el fallo del sabio anciano, seguro que su visión nos permitirá hallar la verdad y recuperar la calma". Astrid aceptó el juicio del anciano, y ambos se dirigieron hasta el mismo y expusieron sus contrariedades, pidiéndole que se asomase al objeto y dirimiera, si lo que allí aparecía era el padre que viera él, o la joven mujer que contemplaba ella. El anciano asintió y tras llegar a la casa y reflejarse en el objeto, dijo: "Ni es el padre de Ismael, ni la mujer que sospecha Astrid. “Aquí, lo único que se ve es a un anciano".

REFLEXIONES

¿Qué ven nuestros ojos? ¿acaso ven lo que “somos”? ¿Tan subjetiva y maleable es la realidad que parece existir en el “ahí fuera”? En este sentido, la Física Cuántica afirma que el observador, aunque parezca ajeno al objeto observado, “pinta” más de lo que puede imaginarse en la configuración de lo observado. Al parecer, dicho observador llega incluso a determinar ciertas manifestaciones de la energía que contempla. Concretamente y refiriéndose al comportamiento de determinadas partículas, la Ciencia postula que el sujeto, a través de su mera observación, determina si la energía se manifiesta como Onda o bien como Partícula. ¿Quiere esto decir que en alguna medida, el mundo exterior que al parecer vemos, es influenciado por el “programa interior” del sujeto que lo observa? Y puesto que así lo creía, así fue. Richard Bach ¿Podemos afirmar que la propia percepción está determinada por nuestras creencias, suposiciones, prejuicios, expectativas y preferencias, muchas veces inconscientes? Fuentes de gran credibilidad afirman que nuestra mente actúa a la manera de un proyector de cine, siendo la realidad exterior tan sólo la pantalla en donde la película se refleja, mientras que el guión lo determina nuestra interioridad mental. En este caso, podemos considerar a la película de la vida como el flujo creativo de nuestro concreto programa mental. “Lo que Pedro nos dice de Juan, más nos sirve para conocer a Pedro que a Juan”. Spinoza ¿Quiere esto decir que: “El que tiene en la frente un martillo no ve más que clavos”? ¿Tan importante es el pensamiento y la consciencia? Se dice que si bien en tiempos anteriores se decía: “Si no lo veo no lo creo”, las modernas ciencias de la mente afirman: “Si no lo creo no lo veo”. Al parecer, la creencia “crea” la realidad que experimenta el ser humano. Recuérdese que la llamada “realidad” que vemos, se construye en el tálamo, una compleja glándula del cuerpo humano que se ocupa de “escenificar” lo que los impulsos electroquímicos canalizan del exterior a través de los sentidos.

En este sentido puede afirmarse que la representación que del mundo hace cada ser humano es una construcción de su mente; y no puede demostrarse que tenga una existencia aparte. Desde esta perspectiva, el que cree que “es posible” lo hace posible. Lo conseguimos porque no sabíamos que era imposible. Gustavo Montilla Si por ejemplo, uno cree que va a llegar a la cima, todo lo que suceda, tenderá a convalidar su creencia de que va a llegar. Las creencias son los verdaderos programas creadores de la realidad. Si existe la creencia inconsciente de que el hecho de ganar abundante dinero puede propiciar en la persona un inquietante grado de pérdida de valores y egoísmo, resultará que por más que ésta se esfuerce en horas y horas de trabajo, “algo” en su vida saboteará su prosperidad. Si una persona, bien por sentirse culpable o por otra razón igual de sutil, no se cree merecedora del amor o del éxito, lo más probable es que no le suceda tal fortuna aunque trabaje con ahínco y parezca que a veces la alcanza. Todos y cada uno de nosotros estamos actualmente situados en la vida, justo allí donde hemos creído posible poder estar. Ni más ni menos que dicha medida. 

Todos los momentos de la historia mundial, representan el triunfo de una idea entusiasta.
Waldo Emerson
Es por ello que si se puede mejorar la calidad de las propias creencias acerca de uno mismo, el mundo cambiará y ajustará nuestra posición a dichas creencias por íntimas que éstas sean. Un ejemplo del poder de la creencia lo podemos ver en el amaestramiento de una pulga. Como puede imaginarse es algo muy simple. Primero, se la encierra en un frasco y, como es lógico, la pulga que no quiere estar dentro, saltará repetidas veces para intentar verse afuera. ¿Qué sucederá? Sucederá que al cabo de una serie, más o menos larga, de saltos e intentos, la pulga dejará de saltar. Ya se puede quitar el tapón, ¡La pulga ya no intentará jamás salir del frasco! ¿Por qué no lo hará?
Por algo tan simple como el hecho de que su cerebro cree que no puede, y si ese cerebro no establece una creencia contraria que le permita poder saltar (algo improbable en una pulga) no lo intentará nunca. Cuando en nuestra vida existe una limitación por la que "se tropieza varias veces en la misma piedra", tendemos a la resignación creyendo que ya no es posible resolverla. Son casos en los puede afirmar que una gran parte de uno mismo está domesticada por la propia forma de ver los acontecimientos, olvidando que nuestra capacidad de salto es más extraordinaria de lo que realmente imaginamos. Para poder, basta querer. Novalis. ¿Cómo ajustar nuestras creencias? En primer lugar, deviniendo conscientes de cuáles son las que actualmente tenemos programadas. ¿Cómo se han programado? La respuesta señala a nuestra infancia, a través de los patrones modeladores de nuestros padres en un medio ambiente familiar. Asimismo, influyen nuestra experiencia y el código genético. ¿Cómo averiguar el tipo y calidad de nuestras creencias? Preguntándonos. ¿Qué significa para mí el trabajo, el amor, la familia, el dinero, la vida, el sexo, la espiritualidad, la enfermedad, el éxito, la muerte...? Las sucesivas respuestas irán ampliando nuestra consciencia hacia tales áreas, momento en el que estaremos en mejor condición de instalar creencias más óptimas. En la trama del relato, ¿creía Ismael que era “igual que su padre”? ¿acaso tenía una relación con su padre de admiración y temor con flecos pendientes de ajuste? ¿por qué Astrid veía una mujer más joven e incluso provocativa?¿acaso su visión estaba determinada por su personal creencia de lo que en realidad temía? ¿Es cierto que el que tiene en la frente un martillo no ve más que clavos? Y en tal caso, ¿por qué el sabio anciano se ve tal cual?



Cuando la mente está sosegada, refleja la Realidad. Nisargadatta

Extraido del Libro de José María Doria : Cuentos para aprender a aprender.





NIños que tienen miedo a la oscuridad : un recurso para padres creativos






Había una vez niño pequeño, tan pequeño tan pequeño que se llamaba meñique, como el dedo más chiquitín de la mano.
Meñique era rubio, con ojos verdes y su pelo siempre estaba desordenado, su mamá le peinaba y le peinaba cada día, y el gritaba porque siempre había nudos en su pelo.
Un día meñique se levantó de la cama y en su habitación había un monstruo muy grande. Meñique vio el monstruo y se asustó tanto que gritó muy alto y salió corriendo hasta el cuarto donde dormían su mamá y su papá. Una vez allí llorando intentó explicar lo que había visto a sus papás, pero meñique aún no sabía hablar y sus padres pensaban que tenía dolor de dientes, le dieron un palo con un sabor extraño para que lo mordiese y le cantaron una canción para que volviese a dormir. Esa noche pudo dormir con ellos pero las siguientes noches regresó a su cuarto.
Meñique tenía miedo de dormir solo porque pensaba que al despertar volvería a ver ese monstruo en su habitación y su mamá insistía en que tenía que dormir solo, sin comprender que un monstruo le acechaba por las noches.
Después de varias noches llorando tuvo que enfrentarse él solo al monstruo.
Se armó de valor con su espada de madera, con sus peluches más fuertes y su barita mágica de juguete.
Tras mucho tiempo con los ojos abiertos y lo más atento posible se quedó dormido. Se despertó en mitad de la noche y allí, delante de él, estaba el monstruo parado.
Esta vez lo vio claramente y era horrible. Su boca era gigante, y sus ojos rojos, tenía el pelo largo y una cola de serpiente, tenía un abrigo ancho donde le colgaban cascabeles  y sus manos eran garras gigantes de dragón.
Meñique observó el monstruo atentamente pues no podía hacer nada más, si gritaba su mamá venía y como ella no podía ver el monstruo, volvía a apagar la luz y a cerrar la puerta; si lloraba el monstruo tampoco se iba; si se tapaba los ojos el monstruo podría hacerle algo malo mientras estaba descuidado. Sólo podía mirarle.
Con los ojos bien abiertos miró fijamente al ogro que tenía frente a él. Y el ogro no se movía, y meñique le seguía mirando a los ojos, fijo, sin miedo, y el monstruo no podía moverse. El niño le tenía atrapado con su mirada.
Entonces meñique empezó a reírse del monstruo.
-Mira si eres ridículo, sólo con mirarte te puedo controlar. No puedes hacer nada porque te estoy viendo, y además, eres muy feo, tan feo tan feo que todo el que te ve se asusta, por eso mi mamá y mi papá no te pueden ver, ellos no pueden creer que algo tan feo exista. Y meñique se rió y se rió del monstruo y le dijo por fin:
-Te voy a dejar marchar, cerraré los ojos para que puedas escaparte, pero nunca más vengas a molestarme. No me das miedo, no tienes nada que hacer porque ya conozco tu punto más débil, sólo verte y no puedes ni si quiera moverte. Adiós monstruo horrible, y no intentes asustar a mi mamá porque ella no puede verte.
Entonces meñique cerró los ojos fuerte fuerte, sabiendo que el monstruo no tenía nada que hacer. No le podía tocar, no le podía comer, no le podía hacer nada. Sólo le asustaba con su forma fea, con su sensación fea. Sabía que se iba a ir. Y al cabo de unos segundos volvió a abrir los ojos.
El monstruo seguía en la habitación, se escondía detrás de la ropa tirada en el suelo y los juguetes desordenados, le gustaba el desorden porque ahí se escondía. Ahora tenía menos fuerza porque Meñique le había visto y se le notaba menos, pero meñique, que era muy listo, pudo ver claramente como ese ogro gigante se intentaba esconder tras el desorden. Ya no parecía tan grande, no parecía tan feroz, pero en vez de irse se estaba escondiendo. Así que meñique se enfadó y le gritó:
-¡Fuera de aquí! ¡Este es mi cuarto! ¡No tienes derecho a estar aquí!
Y al instante el monstruo se marchó. Pero meñique sentía que seguía cerca el monstruo, le vigilaba detrás de la puerta, puede que más allá, puede que en la casa del vecino. El monstruo no acaba de irse del todo, ¿estaría esperando que se quedase dormido? ¿Qué buscaba de él si sólo era un niño? ¿tal vez se sentía solo el monstruo y sólo quería tener un amigo? A Meñique no le apetecía tener un amigo tan feo y desagradable como ese monstruo.
Entonces ideó un plan. Cogió a su muñeco más amado, una pantera de peluche, y la puso a los pies de la cama, entonces le dijo a la pantera:
-Quédate aquí Pantera, y cuando el monstruo se acerque muérdele las garras para que no me pueda atacar, entonces el monstruo se irá. Después si regresa, muérdele la lengua, pero sin tragarte su saliva porque puede ser venenosa, después muérdele el rabo y así hasta que no quede nada que morder. Tú me protegerás amigo.
Y el niño se durmió tranquilo. Cada noche la mamá ponía la pantera de juguete al lado del niño en la almohada y el niño la ponía a los pies de la cama, así se aseguraba que el monstruo no se acercaba a él, se quedaba abajo donde la pantera estaba protegiendo. Luego en la mañana Meñique le dejaba un poco de su comida para que la pantera se alimentase y cogiese energías después de haber luchado toda la noche.
A veces soñaba que luchaba contra un monstruo, otras veces soñaba que su pantera le protegía.
Meñique creció y dejó de creer en monstruos, olvidó que alguna vez lidió con uno en su habitación. Pero lo que nunca olvidó es que existen guardianes y protectores que nos cuidan cada vez que se lo pedimos. Así cuando tenía miedo, pedía a sus guías, sus aliados, a los ángeles. No tenía miedo y sentía que en todos los mundos había protectores que podían ayudarle.
Y así el valiente Meñique nos enseñó cómo protegernos de los monstruos por la noche.

Algunos amigos protectores: figuras de ángeles, el león, la pantera, el oso, los unicornios, las águilas, el leopardo, el mamut, el lobo, el orangután…