UNA NUEVA PSICOLOGIA PARA UN NUEVO MILENIO : LA PSICOLOGIA TRANSPERSONAL


La psicología transpersonal es una escuela psicológica que considera que la psicología y la espiritualidad son dos aspectos complementarios del desarrollo humano, por lo que intenta realizar una integración entre la práctica psicológica y principios espirituales, tanto occidentales (el cristianismo, por ejemplo), como orientales (el budismo, el yoga, etc.). Estudia e investiga las interacciones (procesos, eventos y experiencias) de la psiquis con nuestro sentido de la identidad, y establece métodos y aplicaciones terapéuticas para transcender al ego y sanar posibles traumas psicológicos que nos limitan de forma inconsciente.

El término transpersonal lo apoya Juan Manuel Cabanzo y significa “más allá” o “a través de” lo personal, y en este “más allá” se produce una conexión con una realidad más grande y significativa (Daniels, 2005, p. 11-12). El término transpersonal suele asociarse generalmente a espiritual, dado que en este ir “más allá”, la identidad se expande para entrar en contacto con una realidad generalmente “invisible”, más grande y significativa.

Lajoie y Shapiro en un artículo publicado en el "Journal of Transpersonal Psychology" titulado “Definiciones de Psicología Transpersonal: los primeros 23 años”, hacen una investigación de la literatura transpersonal y recogen 202 definiciones de las cuales publican 40. Entre ellas la dada por Sutich A. en 1968, uno de los padres de la psicología transpersonal, en la que dice:

“Psicología Transpersonal (o ‘Cuarta fuerza’) es el título dado a una fuerza emergente en el campo de la psicología por un grupo de psicólogos y profesionales hombres y mujeres de otros campos que están interesados en el potencial y capacidades últimas del ser humano que no tienen un lugar en la psicología conductista o positivista (‘Primera Fuerza’), en la teoría del psicoanálisis clásico (‘Segunda Fuerza’), o en la Psicología Humanista (‘Tercera Fuerza’). La nueva Psicología Transpersonal que emerge está interesada específicamente en el estudio científico y empírico así como de una responsable aplicación de los descubrimientos relevantes sobre: los valores últimos, conciencia unitiva, éxtasis, experiencias místicas, autorrealización, el significado último, la trascendencia del yo, el espíritu, la unidad, la conciencia cósmica, la sinergia entre individuos y especies, la felicidad, lo sagrado, fenómenos trascendentes, percepción extrasensorial [entre otras que cita]”. A lo largo de otras definiciones podemos encontrar también, experiencias fuera del cuerpo, experiencias cercanas a la muerte, memorias de vidas pasadas, estados alterados, expandidos o no ordinarios de conciencia, amor, compasión, fusión con los otros, canalización, voz o guía interior, proceso creativo, iluminación, sincronicidad, capacidades psíquicas, etc.
Ámbito que abarca

La psicología transpersonal considera temas como
las experiencias cumbres (que —según el psicólogo estadounidense Abraham Maslow (1908-1970)— son estados de interconexión y unificación espiritual)
experiencias místicas
trances sistémicos y
experiencias metafísicas de vida

Si bien los caminos que se pueden tomar a partir de esta síntesis son varios (dependiendo de las concepciones psicológicas y espirituales que se integren), el objetivo principal de la psicología transpersonal sería que los seres humanos trasciendan el sentido de sí mismos, para lograr identificarse con una conciencia mayor.

El psicólogo estadounidense Ken Wilber (1949-) distingue tres niveles en el desarrollo de esta conciencia:
El nivel prepersonal: es el momento de desarrollo en que los seres humanos aún no tienen conciencia de su mente (bebés pequeños, que todavía no tienen una teoría de la mente)
El nivel personal: que se alcanza cuando el niño toma conciencia de que es una persona que piensa, diferente a otros.
El nivel transpersonal: el nivel que se alcanza por medio del desarrollo espiritual, y que consiste en trascender la identificación con el cuerpo y la mente, para alcanzar un nivel de conciencia mayor.
Contribuciones de la psicología transpersonal en el ámbito de la conciencia humana

De acuerdo con sus autores, la psicología transpersonal ha hecho contribuciones al mejor entendimiento del desarrollo humano y la conciencia. Entre las teorías de los modelos transpersonales que los autores presentan, está el modelo lineal-jerárquico del mapa del desarrollo humano, como el de Timothy Leary y Ken Wilber.

Ken Wilber, uno de los más importantes contribuyentes, ha desarrollado un modelo del espectro de la conciencia, que consta de tres grandes categorías: el estado prepersonal o pre-egoico, el ámbito personal o egoico, y el transpersonal o trans-egoico (Miller, 1998). Una versión más detallada de esta teoría del espectro del desarrollo de la conciencia, abarcaría nueve diferentes niveles de desarrollo de la conciencia, en los que, desde los niveles 1-3 se presentan como pre-personales, (o preconvencionales) los niveles 4-6 serían los niveles personales (o convencionales) y los niveles 7-9 serían los niveles transpersonales (transconvencionales), (Derezotes & Cowley, 1994).

Wilber ha retratado el desarrollo de la conciencia como un orden jerárquico, escalonado. Su modelo conceptual, muestra desde los niveles superiores hasta los niveles inferiores, mostrando el avance de la conciencia desde los niveles inferiores a los niveles superiores. Según este mapa, cada nuevo nivel o escalón abarcaría e integraría en sí mismo a los niveles anteriores, desarrollando nuevas habilidades asociadas únicamente con el nivel más elevado (Kasprow y Scotton, 1999). Adicionalmente cada nivel incluiría también un tipo particular de estructura de personalidad, y posibles vulnerabilidades frente a determinadas patologías que pertenecerían a ese nivel (Cowley y Derezotes, 1994).

A partir del trabajo de Wilber, psicólogos transpersonales también han argumentado a favor de una mejor diferenciación entre los problemas de ciertas patologías psiquiátricas y su relación con los estados prepersonales/transpersonales.

La posible confusión de estas dos categorías de problemas (según el modelo, los provenientes de un nivel prepersonal no serían del mismo tipo que los provenientes de un nivel transpersonal) se dice que conducen a lo que la teoría transpersonal denomina la confusión entre lo pre/trans de los estados de conciencia, y la problemática asociada a cada estado de conciencia, que proveniendo de distintos niveles de conciencia son tratados sin embargo por la psiquiatría del mismo modo. (Cowley y Derezotes, 1994; Lukoff et.al, 1998).
Historia

La Psicología Transpersonal es un movimiento que tuvo origen a finales de los años 60, por un grupo de psicólogos y psiquiatras como Stanislav Grof, Anthony Sutich, Miles Vich, Abraham Maslow, entre otros, que consideraron que era necesario investigar y desarrollar una nueva rama de la psicología que estudiase un conjunto de experiencias y fenómenos de la conciencia que hasta la fecha la psicología corriente con frecuencia ignoraba o descartaba. En consecuencia, en 1969, Maslow propuso el término transpersonal para designar esta nueva psicología, que sería, para Maslow, la “Cuarta Fuerza”. La primera era el conductismo, la segunda el psicoanálisis y la tercera la psicología humanista. Con la fundación de esta nueva escuela, se lanzó la revista Journal of Transpersonal Psychology bajo la supervisión editorial de Anthony Sutich, y en 1972 se estableció la Asociación para la Psicología Transpersonal, organizando las primeras conferencias el año siguiente.

Algunos de sus presidentes incluyen Arthur Hastings, Daniel Goleman, y Robert Frager entre otros. En la década de 1980 y 90 sobre este campo desarrollaron sus propuestas a través de las obras de autores tales como Jean Houston, Stanislav Grof, Ken Wilber, Michael Washburn, Frances Vaughan, Roger Walsh, Stanley Krippner, Michael Murphy, Charles Tart, David Lukoff, Vasily Nalimov y Stuart Sovatsky . Mientras que Wilber ha sido considerado como un influyente escritor y teórico en el campo, éste ha preferido personalmente disociarse a sí mismo del movimiento, en favor de lo que él llama un enfoque más integral.
Actualidad

Existen actualmente tres revistas científicas en donde se publican artículos de investigación en el área específica de lo transpersonal, como son la ya citada, más The Internacional Journal of Transpersonal Studies, a cargo de Harris Friedman Ph.D., en Estados Unidos, y la Transpersonal Psychological Review de quien la supervisión editorial está a cargo de Michael Daniels, Ph.D. Esta revista la publica la Sección de Psicología Transpersonal dentro de la Sociedad Británica de Psicología. Que estaría consideraba como la APA, Americana. También encontramos ReVisión, originalmente editada por Ken Wilber, una revista en donde se publican artículos sobre conciencia y el proceso de transformación (The Journal of Consciousness and Transformation).
Influencias
Externas

Es importante mencionar que son muchas las influencias que la Psicología Transpersonal ha recibido de las diferentes corrientes espirituales y religiones como por ejemplo, el Budismo y el Hinduismo, así como también de distintas escuelas esotéricas y místicas. El estudio del desarrollo hacia una transpersonalidad conlleva inevitablemente el estudio de la conciencia como fenómeno, así que la psicología transpersonal también bebe de las neurociencias, la neurofisiología, la psicología cognitiva, y la investigación sobre los fenómenos psíquicos.
Internas

Hoy en día es una ciencia pionera en el estudio de la conciencia y del desarrollo psicológico e interior hacia una identidad transpersonal en conexión con la comunidad, la naturaleza e incluso con el Cosmos (Grof, 2000, Ferrer, 2002). Este desarrollo interior implica un proceso, y es aquí en donde diferentes modelos teóricos que describen este proceso de transformación entran en discusión, proponiendo y discutiendo diferentes visiones sobre cómo tiene lugar. Tenemos por ejemplo a S. Grof, Washburn, C.G. Jung, K. Wilber, Sri Aurobindo, A. Maslow, R. Assagioli, Peggy Wright, J. Ferrer, Charles Tart, entre otros también importantes. 
 

Definiendo el Amor




El amor: armonía en el sistema

El Dr. Levy, creador del concepto de autoasistencia psicológica y Terapeuta transpersonal, describe las facetas más significativas del Amor en relación a los procesos de curación.

"La amorosa presencia recíprocamente disfrutada es el mayor recordatorio que conozco del paraíso en la tierra, y es también el mejor aliento para que el empecinado intento del amor de hacerse humano nos entregue a nosotros, pequeños y heroicos aprendices de esa partitura, la bendición de percibir, aunque sea en instantes, la belleza de la sinfonía que nos empeña".

Definiendo el Amor

En su dimensión más vasta llamamos Amor a la energía que ha creado el universo y lo hace funcionar. Es ese principio cohesivo que enlaza y articula todo lo existente.

"He visto el Amor que mueve al sol y las demás estrellas…" decía Goethe.

Desde este punto de vista Dios y Amor son sinónimos, y así como es imposible abarcar todos los atributos de Dios, también es imposible definir completamente al Amor a través de conceptos. Por lo tanto lo que haremos aquí es aproximarnos a esa calidad de energía como el dedo que señala a la luna. Sabe que la apunta pero que no es ella.

Hecha esta salvedad podemos continuar diciendo que para acercarse al Amor en su dimensión cósmica tal vez sea suficiente con mirar una noche la vastedad del cielo estrellado….

…Y para acercarnos al amor en la dimensión humana es muy bueno observar simplemente nuestras manos. Cómo se relacionan entre sí mientras realizan las tareas del día: ponerse la ropa, abrochar un botón, preparar un café, etc. Todas las tareas. Observarlas con detenimiento y mirar la relación. Es verdaderamente maravilloso. Va a encontrar ayuda recíproca, ajustes continuos, acoplamientos precisos, sentido de equipo… Eso que verá entre ellas es la cooperación del amor.

En cada nivel el amor adopta la forma que le corresponde a ese plano. En el nivel personal el amor se manifiesta básicamente como respeto, solidaridad y cuidado, y según la circunstancia será amor pasional, fraterno o religioso, etc. Sea cual fuere la forma, la trama esencial de la experiencia del amor es la que surge del reconocerse como dos partes distintas de la misma unidad mayor. Lo mismo que ocurre entre las dos manos.

Expresado con otras palabras: el Amor es la memoria que la Unidad tiene de sí misma en la diversidad.Leer más...


por Norberto Levy



La física demuestra que hay vida después de la muerte, pero "nuestra mente no lo ve"

La teoría del biocentrismo defiende que el espacio y el tiempo no son lineales, por lo que existirían otros universos paralelos. (Corbis)


“La muerte, tal y como la concebimos, no existe, sólo es una ilusión”. Esta es la principal conclusión a la que ha llegado el médico y director de Advanced Cell Technology Robert Lanza, defensor de la teoría del biocentrismo, en la que se niega que el tiempo o el espacio sean lineales. Para la gran mayoría de científicos este tipo de afirmaciones son sólo sandeces o, al menos, hipótesis indemostrables. Sin embargo, Lanza parece haber encontrado en el famoso experimento de Young, también denominado de la doble rendija (doble-split), el perfecto aliado para defender su tesis. Si con este se logró demostrar la naturaleza ondulatoria de la luz, Lanza pretende hacer lo propio con el espacio y el tiempo.

En la obra Biocentrism: How Life and Consciousness are the Keys (BenBella Books), el físico norteamericano parte de la premisa de que la vida crea al universo, y no al revés, la base misma del biocentrismo. A partir de aquí, va deduciendo paso a paso que la mortalidad es una idea falsa, creada por nuestra conciencia.

La mortalidad es una idea falsa, creada por nuestra concienciaEn primer lugar, sugiere que la conciencia de una persona determina la forma y el tamaño de los objetos en el universo. Para explicarlo, utiliza como ejemplo la forma en la que percibimos el mundo que nos rodea: “Una persona ve un cielo azul, y se le dice que el color que están viendo es azul, pero las células cerebrales tienen la capacidad de variar esta percepción, pudiendo ver el cielo de color verde o rojo”. En pocas palabras, concluye, “lo que vemos sólo existe gracias a nuestra conciencia”.

El multiverso y la teoría de las cuerdas

Este es el motivo por el que Lanza dice que creemos en la muerte. Al observar el universo desde el punto de vista del biocéntrismo, erramos a la hora de concebir el espacio y el tiempo, pues lo haríamos en función de lo que nos dicta la conciencia. En resumen, el espacio y el tiempo son "meros instrumentos de nuestra mente”, por lo que entender la muerte como algo terminal no tendría sentido según sus tesis.

Robert Lanza. Al concebir que las dimensiones espacio-temporales son meras construcciones mentales, la inmortalidad sería una realidad para Lanza. Es decir, hay vida después de la muerte (física) debido a que habitaríamos un mundo sin fronteras lineales de espacio y tiempo, lo que entronca con la teoría de las cuerdas.

A pesar de ello, lamenta el científico, seguimos creyendo que “la vida es sólo un poco de carbono y una mezcla de moléculas, las cuales dan forma a nuestra existencia durante un tiempo y luego vuelven a descomponerse en el suelo”, explica el físico. ¿Por qué? Simplemente, “porque se nos ha ensañado que las personas se mueren, aunque sólo existe la evidencia de que desaparece el cuerpo en un momento dado”.

“Trascendemos a la vida, pero nuestra mente nos impide verlo”

Para explicar la muerte física del cuerpo, Lanza recurre a la teoría del multiverso o universos paralelos. Una interpretación a la que se ha dado un fuerte pábulo debido a los datos recogidos por el satélite Planck, que mostró una serie de anomalías supuestamente causadas por la atracción gravitatoria de otros universos. Así, según Lanza, “todo lo que ocurre en nuestro universo está sucediendo también en el multiverso, por lo que la vida nunca dejaría de existir en este sentido.

Cuando el cuerpo desaparece, nuestra vida se convierte en una planta perenne que vuelve a florecer una y otra vez en el multiverso“Cuando morimos, nuestra vida se convierte en una planta perenne que vuelve a florecer una y otra vez en el multiverso”, explica gráficamente el físico. Por tanto, la vida trascendería a la forma lineal bajo la que se rige nuestro pensamiento. Esto es porque, como sucede con las partículas de la luz, la materia y la energía “funcionan como las ondas”.

El estudio del fenómeno de las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM) ha centrado en los últimos años la atención sobre la posibilidad de que exista la inmortalidad. Una de cada cinco personas que sobrevive a una parada cardíaca asegura haber tenido una ECM durante el tiempo de duración de un coma o de muerte clínica, en el que supuestamente desaparecen todas las señales externas de vida, pero que son capaces de narrar luego sus sensaciones y percepciones.

Investigaciones millonarias para demostrar la inmortalidad

Cada vez son más los investigadores médicos interesados en este fenómeno, y la literatura sobre el tema llegó a su cénit con la publicación el pasado año de La prueba del cielo: El viaje de un neurocirujano a la vida después de la vida (Zenith). Un libro superventas en el que el neurocirujano Eben Alexander narra su supuesta experiencia en el más allá durante el tiempo que estuvo en coma.

Para intentar acabar con esta incertidumbre, la fundación fundación John Templeton que, con base en Filadelfia, se describe a sí misma como “un catalizador filántropo para la investigación sobre las Grandes Cuestiones de la vida”, financiará con cinco millones de dólares una selección de proyectos de investigación sobre las experiencias al borde la muerte. Es lo que se ha dado en llamar el Proyecto Inmortalidad.

Entre los elegidos en el Proyecto Inmortalidad destaca Sam Parnia, director de investigación sobre reanimaciones en la Universidad de Nueva York, quien tratará de de determinar si las ECM son reales. Es decir, discernir si sus causas son físicas o, por el contrario, parapsicológicas o metafísicas. Para ello, el autor de Erasing Death: The Science That Is Rewriting the Boundaries Between Life and Death analizará la actividad cerebral de los pacientes que sufren un paro cardíaco. De este modo, tratará de determinar si las conexiones neuronales son susceptibles de provocar una experiencia subjetiva, verse a uno mismo fuera del cuerpo y en tercera persona mientras los médicos tratan de reanimarlo.



Fuente : http://www.elconfidencial.com/