EN BUSCA DE LAS PUERTAS ; LOS DERVICHES




Derviche significa literalmente “el que busca las puertas”. Los derviches son los sufíes islámicos. El sufismo es una corriente espiritual surgida en Persia antes de la era cristiana que se integró posteriormente en el Islam y que engloba a unos 50 millones de personas de todo el mundo.


Ellos proponen un camino de búsqueda de la experiencia de Dios para alcanzar la unidad a través del amor. Su propósito es inspirar una unión entre los seres humanos y Dios, mediante la elevación del alma a unos estadios más elevados de conciencia. Además de esta faceta espiritual, el sufismo ha dado lugar una rica cultura, en forma de música y poesía, que se ha desarrollado en diferentes ámbitos y países, siendo especialmente destacables a este respecto los ejemplos de Turquía y Pakistán.


La mayoría de los sufíes están organizados en tariqas u órdenes, que han creado elaborados rituales de recitación, que incluyen danzas destinadas a generar estados místicos que faciliten el camino del iniciado (muridin) hacia la unión con Dios.

La danza de los derviches no es al azar. Cada movimiento, cada gesto simboliza alguna cosa. Los giros se practican según determinadas reglas, en lugares y momentos precisos. La mano derecha se coloca extendida hacia lo alto con la palma mirando hacia el infinito, la mano izquierda se dirige hacia la tierra. De esta manera el bailarín se convierte en un mediador entre el cielo y la tierra, lo infinito y lo finito, la persona se vacía para ser un canal de lo divino.
En este rodar rítmico se busca entrar en unión con el Todo olvidándose de uno mismo.

El vestuario usado por los danzarines también tiene su simbolismo especial. Al entrar al templo, los derviches llevan sobre sí un sayal negro que significa la última morada, la tumba. Poco a poco se despojan de esta capa y debajo aparece otra blanca. – Como en la alquimia y sus fases de transmutación de la materia. Primero la nigredo, luego la albedo y finalmente la rubedo. Primero hay que eliminar lo oscuro y subconsciente para que más tarde aparezca lo blanco y puro.- Las largas ropas blancas que los derviches visten representan la pureza conseguida después de la eliminación o muerte del ego; los largos gorros en forma cónica simbolizan el control del pensamiento y de las emociones que todo iniciado debe poseer. Durante la danza mística, que puede durar horas, Los derviches forman un círculo y cada uno de ellos se mueve en armonía al ritmo de la música, aumentando lentamente la velocidad e intensidad de los movimientos hasta que todo termina en una cumbre de exaltación espiritual.




Este baile les lleva a girar sobre su eje, símbolo también de la victoria sobre la muerte. Extienden sus manos, la derecha recibe la energía del mundo espiritual, superior de los cielos. La izquierda la dirigen a la tierra. Originalmente, el sheik o líder, representaba al Sol y los danzantes eran los planetas. 

Este método se sustenta en cuatro elementos fundamentales: la música, la poesía (suele ser de Rumi), la danza y la conciencia. Esta danza giratoria, también se llama Sema yestá compuesta por siete partes que representan el viaje místico de un individuo hacia Dios. La ceremonia intenta reflejar la naturaleza giratoria de todo lo que se encuentra en la naturaleza, desde las galaxias, al pensamiento y finalmente a los átomos. Mediante la práctica de esta danza el sufí llega al conocimiento de la Verdad, lucha y vence a su ego y a la muerte y alcanza la perfección. Cuando regresa de su viaje espiritual, lo hace como alguien transformado que aspira a servir con luz, amor y entrega a toda la creación.


Me gustaría comentar que en diversos lugares de Turquía se pueden ver estos espectaculos  pero en su gran mayoría sólo son bailarines profesionales que se preparan para dar el espectaculo sin una intencionalidad espiirtual en la mayoria de los casos
Aqui os dejo un video donde podeis ver la verdadera ceremonia




La vida es un espejo, Mahatma Gandhi

                                                                  

Le preguntaron a Mahatma Gandhi cuales eran los factores que destruyen al ser humano. Tranquilo y sereno respondió así:

La Política sin principios, el Placer sin compromiso, la Riqueza sin trabajo, la Sabiduría sin carácter, los Negocios sin moral, la Ciencia sin humanidad y la Oración sin caridad.
La vida me ha enseñado que la gente es amable, si yo soy amable; que las personas están tristes, si estoy triste; que todos me quieren, si yo los quiero; que todos son malos, si yo los odio; que hay caras sonrientes, si les sonrío; que hay caras amargas, si estoy amargado; que el mundo está feliz, si yo soy feliz; que la gente es enojona, si yo soy enojón; que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido.
La vida es como un espejo: Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa. La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante  mí.
“El que quiera ser amado, que ame”.

SLOW LIFE: como desacelerar tu vida y disfrutar de ella.

                          





¿Conoces el movimiento Slow? Es un concepto interesante para nuestro futuro en el siglo XXI. De ello nos hablará hoy Carl Honoré, un periodista canadiense apasionado del concepto Slow que hoy en día abarca un amplio abanico social, conocido también como “vida lenta” ,”vida sencilla” y también conocido internacionalmente como “Slow Life”.

Seguro sabes que el mundo “humano” occidentalizado no para de acelerarse… información, conocimiento, entretenimiento, consumo, producción, cualquier ámbito social busca para su supervivencia un ritmo de innovación acelerada que hace que cualquier tangible e intangible en cuestión de un breve periodo de tiempo quede obsoleto… En esta deriva una gran parte de la sociedad cae en el flujo acelerado…Sin embargo también se esta produciendo una corriente que desacelera esta deriva en una parte de la sociedad, una sociedad que despierta y encuentra en el desarrollo personal y espiritual un lugar donde apartarse de ese flujo acelerado y superfluo.

Hoy la gente vive en una gran controversia quiere saber cómo frenar pero a la vez quiere todo más rápido incluso el aprender a como frenar rápidamente. El tiempo pasa pero…lo que hacemos con nuestra vida acelerada realmente nos enriquece la vida o lo que hace es empobrecerla? No hablo de riqueza hablo de cosas como de disfrutar de las cosas que de verdad queremos e importan en nuestra vida. Creo que la vida no hay que vivirla rápida, hay que vivirla bien, pero yo mismo reconozco que en algunos aspectos vivo demasiado acelerado…pero el primer paso para cambiar algo es darse cuenta de ello.


El ser humano no solo acelera su ritmo sino que intenta también acelerar el ritmo de la naturaleza que en general es un ritmo lento para claro esta, beneficiarse de ella.

Esta “fast culture” o cultura rápida realmente nos afecta y en general negativamente en aspectos como la salud, la alimentación, el trabajo, nuestras relaciones. el medio ambiente y la vida en comunidad. Todo esto es absorbido por el cuerpo humano, el cual se ha ido adaptando a ritmos humanos muy lentos a lo largo de su evolución en el planeta…pero que en los últimos 50 años han sufrido una sobre estimulación…de una cultura rápida…esto se traduce en “un progreso” aparente…donde más personas tiran la toalla, bien en una relación humana la cual no ha podido dedicar el tiempo que merece con paciencia para escuchar y comprender, o bien su cuerpo humano se agota o enferma aunque curiosamente la medicina igualmente se desarrolla rápidamente y curiosamente las bebidas energéticas también…una sociedad enferma es muy beneficiosa para unos pocos, pero no nos damos cuenta de ello, seguimos en el flujo acelerado y sutilmente diseñado para que no te desvíes…dejamos de ser ovejas que seguían a un pastor para convertirnos en unos bits que circulan por una internet que se ha vuelto nuestra vida y no le ponemos limites…nuestra vida ahora se llama internet. Quizás la solución sea solo parar y reflexionar sobre lo que esta haciendo esta cultura de la carrera a tí y a tus seres queridos que te rodean.

Carl Honoré en su presentación en TED, se hace dos preguntas:


¿Cómo nos volvimos tan rápidos? y ¿Es posible o incluso deseable frenar?

A la primera pregunta, Carl H. la responde del siguiente modo:

“… si piensan en cómo nuestro mundo se aceleró tanto, surgen los sospechosos de siempre. Ustedes piensan en la urbanización, el consumismo, el lugar de trabajo, la tecnología. Pero creo que si miran a través de esas fuerzas llegan a lo que podría ser la razón más profunda, la esencia de la pregunta, y es cómo percibimos el tiempo en sí. En otras culturas el tiempo es cíclico. Lo ven como moviéndose en grandes círculos sin apuro.Siempre se está renovando y refrescando. Mientras que en Occidente, el tiempo es lineal.Es un recurso finito, siempre se está escurriendo. O lo usas o lo pierdes. El tiempo es dinero, como dijo Benjamin Franklin. Y pienso en lo que eso nos hace psicológicamente,crea una ecuación. El tiempo es escaso, entonces ¿qué hacemos? Bueno, aceleramos, ¿no?Tratamos de hacer más y más con menos y menos tiempo. Transformamos cada momento de cada día en una carrera hacia la meta. Una meta que, por cierto, nunca alcanzamos. pero una meta al fin y al cabo. Y creo que la pregunta es, ¿es posible liberarse de ese pensamiento? Y por suerte, la respuesta es sí, porque lo que descubrí, cuando empecé a mirar alrededor, es que hay una reacción global contra esta cultura que nos dice que más rápido es siempre mejor, y que más ocupado es mejor. 

Al otro lado del mundo, la gente está haciendo lo impensable: están frenando, y descubriendo que aunque la sabiduría convencional les dice que si desaceleran los aplastarán, lo contrario resulta ser cierto. Desacelerando en los momentos correctos, las personas descubren que hacen todo mejor. Comen mejor, hacen el amor mejor, se ejercitan mejor, trabajan mejor, viven mejor. Y en esta mezcla de momentos, lugares, y actos de desaceleración, yace lo que muchas personas ahora llaman el Movimiento lento internacional…”

Por cierto palabras como “decrecimiento” también están extendiéndose por el mundo y que expresan este sentimiento de vivir una vida más lenta.

Ante esta percepción occidental del tiempo como lineal y escapadizo, han surgido en europa y en concreto en italia las iniciativas pioneras del movimiento slow, como son el movimiento de la comida lenta “Slow Food“o el de las ciudades lentas “Slow Cities” que esta remplanteando el estilo de vida dentro de las ciudades aceleradas.

En concreto Slow Food lanza un mensaje muy simple y sensato, que es que obtenemos más placer y más salud de nuestra comida cuando la cultivamos, cocinamos y consumimos a un ritmo razonable. Todo esto es movido por personas que están ansiosas por liberarse de la comida, la cocina y el cultivo de su comida de forma industrial.

Para equilibrar este desequilibrio humano en el siglo 21, la lentitud tiene un rol importante en todos los ámbitos de la vida. Es curioso como italia fue la cuna del renacimiento un gran momento de transformación en la historia del ser humano y como nuevamente ahora esta siendo la cuna del movimiento lento, desde donde emergen las tendencias slow. ¿Será este un nuevo “renacimiento”?

También esta emergiendo en ámbitos como en el trabajo reduciéndose las jornadas de trabajo siguiendo modelos como los de los países nórdicos disponiéndose de más tiempo libre y teniendo una mayor productividad durante las horas de trabajo. El binomio menos es más se cumple aunque parezca una paradoja :)


También en la educación están cambiando el paradigma fast por slow. Los niños están sometidos a un exceso de tareas. Se esta demostrando que reducir las tareas genera un mayor rendimiento académico. En escuelas como en universidades esta tendencia creciendo. Se reducen las tareas y se incrementa el tiempo libre para desarrollar y experimentar la actividad de pensar creativamente y disfrutar a la vez de más tiempo para las experiencias de la vida. Cada de vez se demuestra más que menos es muy a menudo más, y que más lento es muy a menudo mejor.

Sin embargo, frenar no es algo fácil. Carl H. nos da dos razones sobre las que he reflexionado y comparto. Estas justifican el por qué frenar no es algo fácil.

La primera razón es que velocidad es adrenalina y es muy adictiva. Incluso el ir rápidos nos aleja de la reflexión y las grandes y profundas preguntas de nuestra vida. La velocidad nos trae más diversidad de estímulos en menos tiempo, llenando nuestra vida de distracciones…quizás nos estamos volviendo consumidores de nuestras propias vidas.

La segunda razón es el tabú cultural donde todo lo asociado al concepto “lento” tiene una apreciación negativa frente a lo “rápido” que es más atractivo dentro una cultura “fast”. Parece que lento es sinónimo de holgazán, vago, de ser alguien que se rinde.

Carl H. comenta que el Movimiento Lento tiene por propósito o por principal objetivo, derribar ese tabú cultural entorno a la lentitud, demostrando que existe la lentitud buena.

“….Y la lentitud buena es tomarse el tiempo para comer con sus familias, con el televisor apagado, tomarse el tiempo para mirar un problema desde todos los ángulos en la oficina para poder tomar la mejor decisión en el trabajo. O incluso simplemente tomarse el tiempo para desacelerar y saborear sus vidas…” Carl H.





En cuanto a la segunda pregunta que proponía Carl H. de si ¿Es posible o incluso deseable frenar? 

La respuesta es rotundamente SI, es posible. Se puede y ya esta sucediendo en todo el mundo. Incluso los adictos a la velocidad pueden, cuando comienzan a disfrutar la vida que antes estaban dejando a un lado.

Personalmente considero que se puede ser “ágil” en algunos aspectos para conseguir tiempo para disfrutar durante más de esos momentos slow. Por ejemplo ponerte limites a ciertas cosas de la vida que son superfluas, limites en las tareas, trabajar eficazmente y evitar perder el tiempo en cosas que no te aportan ni invierten valor positivo y permanente en tu vida. Tenemos que disponer más tiempo para el amor, las amistades, la creatividad, las experiencias, la música, etc. Ser productivo y ser slow es posible :)

Espero que disfrutéis de la presentación TED de Carl H. llena de experiencias personales y anécdotas divertidas que os harán comprender una tendencia cultural que necesitamos en el siglo XXI más que nunca.

Elogio a la lentitud – Carl Honoré

Carl Honoré [@carlhonore] ha rettwitteado esta publicación en twitter!
Para completar la lectura entrevista a Carl H.
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